Escribí este post gracias a esta foto de mi Instagram. |
Mi blog se llama Adolescente x Siempre no solo porque tengo gustos de una adolescente sino que también porque todavía parezco una adolescente. (Tengo 20 años pero se supone que debo parecer más adulta jaja)
Por si no me conocen, soy de contextura delgada, mido 1.56 metros y si eso no fuera poco, mi cara parece la cara de una niña de 15 o 13 años. Tengo una “baby-face” que ni el maquillaje lo disimula jaja. Por eso, muchas veces he pasado vergüenzas, las personas no me creen cuando les digo mi edad o cuando los pongo a calcularla, salen con un número que ni por cerca. Esto me pasa muy seguido pero jamás imaginé escribir sobre ello y casualmente se me ocurrió hacerlo por uno de esos momentos vergonzosos que me pasó esta semana.
Era un día como cualquier otro en mi clase de Italiano y mi compañero Jair recientemente me había seguido en Instagram, bromeando durante la clase me dice que me va ‘stalkear’ en Instagram yo tranquila le dije que no tenía nada que esconder. Mientras él revisaba mi feed, riéndose me enseña una de mis fotos y me dice algo así como “Aww que chiquita”. Veo la foto e instantáneamente yo quería desaparecer de la pena. Solo le dije algo como “JAJA así es mi cara”. El punto es que la foto que me había enseñado fue tomada este año, hace menos de 6 meses. JAJAJA. ¡Qué pena!
Por eso les voy a dejar el top 5 de historias que más me han dado risa, pena, enojo, tristeza y mucho más. Nota: Normalmente me frustra que no me crean mi edad o que me calculen con menos años, pero algún día me va a gustar jaja.
1) Modelaje con sabor a vino de uva
Si pueden notarlo, mi amiga Alejandra es guapísima y se ve mucho mayor que yo. |
Esta es una de las primeras historias cuando recién cumplí 18 años y quería andar enseñándole a todo mundo mi tarjeta de identidad. Alejandra (Ale), una de mis mejores amigas de la escuela, me invitó a un modelaje en el cual ella iba a modelar entonces fui a apoyarla.
En aquellos tiempos tenía muchas inseguridades y no me gustaba usar mi pelo colocho/rizado como actualmente lo uso. Pero ese día decidí usarlo así y me maquillé, traté de andar bien arreglada porque era un evento de moda entonces no quería sentirme fuera de lugar. Vi a Ale modelar, le tomé fotos y vídeos así como una buena amiga orgullosa lo haría. Al final del evento había una degustación de vinos para los invitados y pues la verdad, a mí el vino no me gusta pero igual nos acercamos con Ale, que por cierto todavía andaba puesta la ropa que había modelado. Ya en la mesa de vino, a Ale le dieron su copa y yo me quedé esperando la mía. Nunca pasó, le tuve que decir a la muchacha que me diera, ella me queda viendo con una mirada sospechosa y me dice: “No podemos darle alcohol a menores de edad.” Obviamente tenía pena porque había más gente cerca que probablemente escuchó pero mi reacción fue decirle entre enojada y apenada “Tengo 18 y si quiere le enseño mi identidad.” Terminó dándome el vino y lo peor de todo es que no me gustó y al día siguiente amanecí mal del estómago. JAJAJA.
2) Alitas y cerveza pero no con niños en la mesa
No encontré foto de ese día pero sí recuerdo que andaba el pelo largo y liso. |
En Honduras te dejan a entrar a bares y discotecas hasta los 18 años, pero algo que todavía no entiendo es que hay restaurantes que venden bebida que también tienen esa restricción. Antes de entrar a estos lugares debés enseñar tu tarjeta de identificación, y si tenés cara de niña, más que fijo que la van a revisar bien jaja. El caso es que en este restaurante en específico ya me había pasado una vergüenza cuando acababa de cumplir 17 años, que ingenua de mi parte pensar que podía entrar sin tarjeta de identidad. Y todo porque era la despedida de mi amigo penco Ricardo, que se iba a ir a los Estados Unidos a estudiar. Si querés leer otra historia en que también lo menciono y no se da cuenta que le digo penco, lee mi post llamado Mis canciones favoritas versión John Mayer.
Pero en esta historia ya había cumplido 18 años, fuimos a cenar con mis papás y mi hermano mayor en celebración de algo que ya no recuerdo. Ese día también me arreglé un poco y traté de vestirme diferente para aparentar más años, ya que ese lugar no me traía buenos recuerdos desde la última vez que había intentado entrar. Ya en la entrada por supuesto me pidieron mi tarjeta de identidad y se las enseñé y no hubo mayor problema, logré entrar. Pedimos la comida y mi hermano pidió una cerveza. Al rato viene el mesero con la cerveza en la mano y al verme nos dice: “Lo siento pero no puedo servir bebidas alcohólicas si hay un menor de edad en la mesa.” Sinceramente no recuerdo mi respuesta pero estaba MUY enojada, era obvio que si me habían dejado entrar era porque SOY MAYOR DE EDAD. Lo que sí recuerdo es que le enseñé mi identidad. Mis papás y mi hermano se rieron pero yo lo único que quería era irme. Nunca he vuelto a ese lugar, JAJAJA.
3) Menores de edad no viajan solos
Salimos a los 'antros' en México y me pidieron mi 'IFE' o sea mi tarjeta de identidad. |
Me gusta mucho viajar, casi siempre viajo con mi familia y solo un par de veces he viajado sola. Crecí viajando porque parte de mi familia vive en El Salvador y en Estados Unidos. La historia de este viaje es cuando fui a México por un viaje académico de la universidad. Estuve 2 semanas en este hermoso y picante país, recibiendo clases de Producción de Televisión y Multimedia. Pronto escriberé un post sobre ese viaje, contándoles las mejores anécdotas con mis amigas y compañeras de viaje. (Sobre todo porque en ese viaje mis otros compañeros conocieron a Joe Jonas y yo pasé enfrente de él y no lo vi :) ) Pero si querés saber de personas cool que si he logrado conocer, checate este post ¿Será mejor tener todo fríamente calculado?
Era el día de nuestro regreso a Honduras, íbamos a tiempo para nuestro vuelo y mientras hacíamos la fila para chequearnos, nos piden nuestro IDF (algo así) que es un documento importante que nos dieron el día que habíamos ingresado al país y que teníamos que guardar porque lo ocupábamos para salir del país. Yo no suelo ser tan despistada o desordenada pero ese día no era mi día, no encontré el documento y por cuestiones de tiempo no revisé en mi maleta grande, solo en mi mochila. Otro de mis compañeros de viaje tampoco lo encontró así que tuve compañía para hacer todo el trámite de nuevo. Al hacer la fila, muy nerviosa porque el aeropuerto en Ciudad de México es enorme y teníamos que hacer varias vueltas para reponer ese documento. Al final todo salió bien y teníamos nuestro documento y milagrosamente nadie dudó de mi edad.
Yo soy un poco lenta y cuando ya íbamos a entrar al lugar de abordaje, me distancié un poco del grupo (no le digan a mis papás). En la entrada del lugar, como es común, te piden tu pase de abordaje y tu pasaporte y por supuesto el pinche papel que perdí. Estaba una muchacha joven y cuando me pide mis documentos se los doy, ni siquiera se fijó en mi pasaporte, solo quedó viendo a mi alrededor y me dice: “Los menores de edad no pueden viajar solos, ¿con quien andas?” Seguía muy nerviosa por lo de la pérdida del documento importante así que solo le respondí algo como “Tengo 19 años y estoy en un viaje de la universidad.” La muchacha se disculpó y me dijo que me miraba mucho menor. Ya en Honduras, desempacando, adivinen qué encontré, el tonto documento que pensé haber perdido, me quería morir porque eso me había costado 20 dólares y muchos nervios. JAJAJA.
4) ¿Quién paga la cuenta?
A simple vista, ¿quién es la mayor? |
Mi familia es muy pequeña y siempre he dicho que hay muy buenos genes. Todos somos guapos y guapas. Por eso, les voy a contar de la vez que salí a cenar con mi prima Allison, ella es 4 años menor que yo pero es un espectáculo así que parece mayor. Es algo opuesta a mí, ella es blanquita, alta, pelo largo y rubio. Ese día también traté de arreglarme porque quería que fuéramos a cenar solas las 2, era su última semana de visita en Honduras. (Ella vive en Estados Unidos así que no la veo tan frecuente) Allison es de mis mejores amigas así que siempre me la pasó bien con ella, a pesar de la diferencia de edad, podemos hablar de todo y todo el tiempo nos reímos.
Esa noche comimos crepas y obviamente yo iba a pagar. Pedí la cuenta y se tardaron un poquito, viene el mesero y para mi sorpresa le entrega la cuenta a mi prima. Es decir, me vio cara que yo era la menor y que la del dinero era mi prima, no yo. Inocentemente, agarré la cuenta y puse el dinero. El mesero se lo llevo y cuando regresó con el vuelto, adivinen a quién se lo dio. A mi prima jajaja. Nunca supo que yo era la mayor y la verdad nos dio risa. Ese día también pasó que uno de los meseros, se acercó y me dice: “Yo la he visto antes, verdad que usted estudia en UNITEC.” Yo muy amablemente le dije que sí y el me responde “Yo me acuerdo de usted porque yo trabajaba en un restaurante ahí y usted siempre pedía mozarella sticks.” JAJAJA ahí recordé su cara y me dio mucha pena jaja y lo peor es que todavía compro lo mismo.
5) No me griten cuando tengo un micrófono enfrente
Tenía sueño pero en realidad estaba muy alegre de trabajar todo el día. |
Soy una persona muy activa, me gusta participar en diferentes eventos y proyectos dentro y fuera de la universidad. Sin importar si estoy de vacaciones o en clases, lo disfruto mucho. Ese día era un poco pesado, me tocaba cubrir en la mañana un evento de deportes. Anduve de arriba para abajo grabando en la cancha de baloncesto y el campo de fútbol, con mis colegas Stepha y JuanFer.
En la tarde tenía otro evento, TEDxTegucigalpa, ayudando a mi amiga María Fernanda a cubrir el evento por Snapchat. Pero para ese evento si me maquillé y trate de verme decente, luego de un día lleno de sol. El evento estuvo increíble y hubo concursos relacionados con redes sociales, los premios eran patrocinados por Marca País Honduras. El concurso del último premio se acercaba y decidí participar. El maestro de ceremonias anuncia que el premio es una cámara deportiva, yo muy emocionada alisté mi celular porque la dinámica siempre era con redes sociales. El concurso era escribir el slogan del evento en twitter usando los hashtags del evento. La verdad que nunca me imaginé ganármelo porque habían alrededor de 400 personas en el evento.
No podía faltar la selfie junto a mi amiga Mafe. |
Al final me lo gané y todo porque mi tweet fue el primero que tenía comillas con el slogan, ya que el maestro de ceremonias dijo que le agregáramos comillas ya cuando dos personas lo habían enviado y para mi suerte fui rápida y lo envié. Llaman mi nombre para hacerme entrega del regalo y cuando iba subiendo las gradas, entre nerviosa y emocionada, escucho una voz que grita “¿CUÁNTOS AÑOS TIENE?”, lo más seguro que esa persona estaba enojada porque una 'niña' se había ganado el premio y que en primer lugar que andaba haciendo en el evento para 'adultos'.
Moría de la pena porque no sabía quién lo había gritado y no sabía si los demás habían escuchado pero fue lo suficientemente fuerte para yo escucharlo, asi que viendo a todo el público respondí “Tengo 20 años.” El maestro de ceremonias un poco confundido, me da el micrófono, lo agarro y con determinación vuelvo a repetir “Tengo 20 años y ya voy a terminar la universidad.” Creo que el maestro de ceremonias no entendió pero me siguió la plática y me preguntó que qué estudiaba y yo respondí super awkward me dice que qué bien y me bajé del escenario.
Sabés que algo anda mal cuando te identificás con una escena de la película Mean Girls. |
Todavía no me la creo, como reaccioné de esa manera si yo soy un poco tímida pero estaba muy enojada y muy frustrada. Sentía como que si ese momento era la escena de la película Mean Girls, en la que está la gordita en el escenario hablando y luego le grita el chavo “She doesn´t even go here!” así me sentí jaja, así que tuve que defenderme.
Espero que te hayas reído y hasta identificado con mis épicas historias, contame si a vos también te ha pasado así. Y si te pasa, pues mirale el lado bueno, cuando seas mayor te va a gustar aparentar menos años. Esa es la terapia que uso cada vez que alguna historia así sucede jaja, no me convence todavía pero lo estoy intentando.
Si te gusta algo que no a muchas personas les gusta, que no te de pena. Contame, tengo curiosidad. Y si te gusta lo mismo que a mí, igual contame, seamos ‘fangirls’ juntos.
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